lunes, 19 de marzo de 2012
ONKI XIN+TOTEM+ROCK & ROLL= FIESTA!!!
NUESTRO ANIVERSARIO EN "DIARIO DE NOTICIAS"
Los Tótem, 50 años de rock en Navarra
El Onki Xin acogerá a la 24.00 horas, el primer concierto de la gira con la que celebran sus bodas de oro
FERNANDO F. GARAYOA - Sábado, 17 de Marzo de 2012 - Actualizado a las 05:16h.
PAMPLONA. FUERON los primeros, los pioneros, los más atrevidos... Hace 50 años Los Tótem se subieron al escenario del Teatro Gayarre de Pamplona para ofrecer, por primera vez en Navarra, un escueto pero fundamental repertorio "de rock and roll". Hoy, medio siglo después, celebrarán las bodas de oro de aquella cita con un especial concierto en el Onki Xin de San Juan. La actuación, con entrada libre, arrancará a partir de las 24.00 horas y el respetable podrá disfrutar de una excelente selección de los clásicos que pusieron las bases y el espíritu del rock and roll... Y todo lo que vino después.
Gregorio Calleja (bajo), Pedro Mari Álvarez (saxo), ambos miembros fundadores, y Josetxo Celeya (baterista y auténtico disco duro del grupo), que se unió a la banda poco después de su creación, fueron los encargados de desgranar la historia del conjunto Los Tótem, que tomaron su nombre influenciados por Apache Los Shadows; toda una joya en activo a la que no queda sino rendir tributo y, por supuesto, mirar con envidia... insana.
Gregorio, el más veterano de la banda con 71 años, echa la vista atrás con energía y apunta que "el germen de Los Tótem fue un trío integrado por Pedro Mari Montero (cantante), Miguel Ángel Ganuza (guitarra) y yo, que tocaba el bajo. Nos hacíamos llamar The Twist Boys, pero pronunciado Te Twist boys (risas), así era nuestro inglés. Al poco tiempo contactamos con Pedro Mari Álvarez (saxo), su hermano Toñín (batería) y José Mari Asenjo (piano) para formar, a finales de 1961, Los Tótem". Principalmente autodidactas en su formación o iniciados en la música a través de sus padres, rememoran que, en aquellos años, "no había conservatorio en Pamplona, solo existía una academia municipal en la que yo asistí a tres años de solfeo", apunta Pedro Mari. Una formación que, por supuesto, no incluía ni por asomo instrumentos como la guitarra eléctrica o el bajo. "En aquellos tiempos, para que te hagas a la idea, solo había dos personas que tocábamos la guitarra baja, un tal Setién y yo", explica Gregorio, que es apostillado por Josetxo, quien recuerda que los instrumentos los vendían en Casa Arilla. "Pero entonces la economía no daba, así que teníamos que pluriemplearnos o tocar en orquestas como Amanecer", rememoran entre Gregorio y Pedro Mari. "Cuando yo entré en el grupo, tras la marcha de Toñin -explica Josetxo- nos prestaban una batería para los conciertos, pero los ensayos, que tenían lugar en la buhardilla enfrente del bar Ganuza, los hacía con un atril como plato, una silla vieja como caja, dos cubos como timbala y timbal; el bombo y el chaston eran el suelo". "Los amplificadores me los hacía yo con un altavoz de doce pulgadas que metía en un cajón de higos conectado con un amplificador de diez vatios", comenta Gregorio.
El primer concierto que ofrecieron Los Tótem fue en el Teatro Gayarre, ya en 1962, en un certamen que organizó Don Goyo, que entonces tenía el programa Discofilia en Radio Requeté. "Él fue el primero que movió un poco el asunto de los conjuntos en Pamplona. En el repertorio de aquel día, -recuerda de nuevo Josetxo, que acudió al concierto como fan- sonaron cinco temas, entre ellos El rock de la cárcel y La plaga".
VINILOS EN EL GANUZA "La música nos llegaba sobre todo a través de Miguel Ángel Ganuza, cuya familia tenía el bar Ganuza, que poseía una colección de discos impresionante... Mucho jazz y blues hasta que poco después llegó Elvis Presly, Chuck Berry o Miguel Ríos. Además, teníamos dos amigos, Jose Antonio Santos y Carlos Itoiz, el pelos, que viajaban bastante y solían traer discos", explica Josetxo, quien, como buena enciclopedia musical, rememora perfectamente las etapas por las que ha pasado el grupo. "Los Tótem han pasado por tres épocas con diferentes formaciones, la primera, la que debutó en 1962; una segunda, que fue cuando yo me sumé al grupo, en la que tocábamos canciones de los Beatles; y una tercera, que fue cuando Gregorio dejó el grupo y fichamos a Quino González, en la que compusimos cinco canciones propias, en castellano, muy influenciadas por los Beatles o los Brincos. El grupo dio su último concierto en 1966 en un festival para los niños huérfanos de Pamplona; certamen cuyo premio para el ganador era poder tocar tres canciones más, y ganamos".
Años después, en 1981, el grupo se volvió a juntar para tomar parte en un festival revival de los 60 en la Ciudadela, denominado La Noche de los Cocodrilos, que congregó a 4.000 personas y en el que también tomaron parte grupos como Los Condes, Los Junior o Los Rebeldes. "Al año siguiente se repitió el festival en el Anaitasuna. Tras ese concierto volvimos a colgar los instrumentos hasta 2002, año en el que participamos en el concierto homenaje a Eduardo Medina, bajista fallecido de Los Junior. Esa actuación nos metió ya de nuevo el gusanillo en el cuerpo y, desde entonces, no hemos parado, con momentos de tocar más o menos y con variaciones en la formación, hasta que no estabilizamos con los genuinos Tótem más Adolfo (guitarra) y Peio Lanius (guitarra)", finaliza Josetxo, que vaticina un repertorio de rock and roll de verdad para esta noche. "Estamos con más ganas y con más swing cada día", afirman.
lunes, 13 de febrero de 2012
1962/2012... 50 ANIVERSARIO 111
domingo, 12 de febrero de 2012
martes, 13 de septiembre de 2011
DESPEDIDAS
Te voy a contar, ya que tienes el buen gesto de entrar aquí y leerme, algo sobre mí... Sé bastante sobre despedidas. Me ha tocado despedir y también ser despedido; y a veces con mucha frecuencia... Por ello te puedo hablar de éllas con cierto fundamento.
A mí, particularmente, me afectan mucho, me entristecen. Por eso siempre he preferido, tanto cuando despido como cuando me despiden, dar dos besos, un abrazo, y marchar raudo sin mirar atrás porque ese último cruce de miradas me lastima profundo. Sin embargo hay gente para la cual la despedida es una fiesta, como si necesitaran fijar en su memoria ese último momento como un momento alegre, feliz, divertido. Y no está mal que sea así. Aunque yo no haya podido, al menos hasta el pasado viernes 26 de agosto...
Porque ese viernes se anunciaba en El Bafle la despedida de Pamplona, al menos por este verano, de Los Tótem. Y fue a lo grande, con fiesta por todo lo alto. Esta fiesta comenzó con la presentación en sociedad de Naroa (hija del Tótem Adolfo) quien, en compañía de su padre, cada uno con su guitarra acústica, hipnotizó a un Bafle repleto con una voz, una dulzura y una soltura dignas de una veterana. Fantástica...
Y luego la fiesta principal. Los Tótem pletóricos de música, de sonidos, de ritmo, de acordes estudiados y también improvisados, de complicidad de arriba hacia arriba y hacia abajo del escenario. Y el público disfrutando, bailando en cada rincón de la sala, riendo divertido, agradecido. Como diría un amigo de mi pueblo: "Te lo resumo en dos palabras: IM- PRESIONANTE!!".
Te cuento una anécdota que dibuja el ambiente: al terminar el concierto salí a la puerta y me encontré con un chico que había estado dentro, bailando toda la noche como un poseso (su ropa bañada en sudor lo acreditaba). Le pregunté qué tal lo había pasado, qué le había parecido el concierto. Me dijo: "Mira, había quedado con una chica esta noche, y sin siquiera avisar, no ha venido. A las 22:30 estaba triste, decepcionado. A esta hora, después de lo que he disfrutado, ya no me importa!!". Le creí...
Por todo esto hoy te digo que ojalá todos, los que hemos estado ese viernes en El Bafle y los que no, podamos disfrutar de una fiesta así, de bienvenida o de despedida, al ritmo de rock and roll made in Los Tótem.
Toca irme ya, algo triste me encuentro hoy... pero eso... eso es por otra despedida...
Diefed
lunes, 29 de agosto de 2011
NOCHES (QUÉ NOCHE!!) DE VERANO
Peralta y sus "Noches de Verano". Hasta allí, en la Ribera Navarra, llegaron Los Tótem el pasado sábado 21 de agosto. Me quedaba a mí, como novel seguidor del grupo, la inquietud de ver de qué forma se las arreglarían para motivar a un público que se me antojaba algo alejado de las vertientes musicales que la banda predica.
Y, como para aumentar las dificultades, una noche sofocante, de mas de 30 grados después de una tarde donde se acariciaron los 40, que no invitaba precisamente al movimiento. Y tanto el rock como el soul son especialmente para eso. Para escuchar, dejar que te invada, que te inunde, que te inyecte su energía. Y bailar, y cantar.
Pasaron el (amigo golfo de Josetxo) "Speedy Gonzalez" y "Jhonny B. Good" a toda velocidad por el "Sweet Home Chicago" y "Tulsa Time", cantando uno el "Rock de la Carcel" (o del "Reja's Palace") y bailando el otro el "Rock Around the Clock", y un "Tutti Frutti" a dúo los unió antes de que la "Fever" que provoca esa "Crazy Little Thing Called Love" por ver a "(Hello) Mary Lou" y a "Diana" los hiciera "Stop Drinking" y detenerse a escuchar los sabios consejos de "My Sweet Lord" que sugería romper con las "Chain of Fools"...
Y mientras tanto yo me giraba y echaba un vistazo al público que colmaba, sentado en las terrazas, la plaza principal del pueblo. Algunos meneaban la cabeza; otros, los hombros; muchos, quietos pero atentos; y unos pocos (muy pocos), charlando sin prestar permanentemente atención al escenario.
Al cabo de casi dos horas de una música y sonido prodigiosos (buen equipo propio y mejor aún Diego, técnico de sonido, y su habilidad para que todo se escuche y todo se oiga) comencé a pensar en cómo despediría el público de Peralta el esfuerzo, la dedicación y el talento de Los Tótem. Sabía que no estaban todos enfervorizados; y no sabía hasta qué punto estaban disfrutando...
Me sacaron de dudas enseguida porque después de la última canción, los aplausos surgieron espontáneos, cada vez más y más fuertes, tornando luego en gritos que pedían mas. Me quedo con la última imagen. Ésa que mostró a Los Tótem unidos en un abrazo primero y aplaudiendo al público después, agradecidos siempre. Todos, los de arriba y los de abajo, merecíamos un final así...
Diefed
DE FIESTA!!!
Y sus fiestas... Hasta allí recalaron Los Tótem, cuarta presentación del "Navarra's Tour". Como corresponde a una banda de su trayectoria y prestigio, escenario principal (de los tres montados en el pueblo) ubicado en la Plaza de Las Eras, junto al Ayuntamiento.
Ya desde temprano, durante las pruebas de sonido, un público familiar se sintió seducido y tomó posesión de los bancos que perimetraban la plaza, conquistando posiciones para lo que, sabían, sería un gran concierto. Ya desde temprano, durante las pruebas de sonido, ese mismo público prestó atención al escenario a pesar del paso de las txarangas o la tentación de las atracciones o el mercadillo. Ya desde temprano, durante las pruebas de sonido, subieron al escenario los primeros aplausos...
Estos Tótem versión 2011 tienen atributos difíciles de encontrar en otras bandas. Siete integrantes, cada uno eximio en lo suyo: Cristina (voz), Maite (piano), Gregorio (bajo), Josetxo (batería y voz), Pedro Mari (saxo), Lanius (guitarra y voz) y Adolfo (guitarra), mas el aporte inconmensurable de Diego (técnico de sonido, el octavo Tótem). Todos ellos, apoyados en su talento particular y en una extraordinaria conjunción general (arriba y abajo del escenario), hacen que la música fluya armónica, amalgamada... ¡Y tres voces!, cada una con un estilo y una característica propia que le da al grupo la posibilidad de explorar distintas vertientes musicales con naturalidad, como si de tres bandas distintas se tratara. Así, Cristina encarna el soul (con "Chain of Fools" y "Sweet Home Chicago" como banderas), Josetxo el rock'n'roll clásico de los '50 y '60 (geniales "La Plaga" y "Lucille") y Lanius aborda con maestría baladas y rock de los '70 y '80 (fantásticos "Lyin' Eyes" y "Tulsa Time").
Es por todo esto que ese público que desde temprano ocupó la plaza, que bailó, cantó y aplaudió muchas de las canciones que componen el repertorio, y que no se conformó pidiendo uno y otro "bis", se retiró luego con ese cosquilleo que provocan solamente las emociones cuando nacen y crecen de fuera a adentro. Viendo los rostros felices y satisfechos de los asistentes, comprendí lo que un amigo, que de música sabe un rato largo, me decía un momento antes: "¿Sabes? Estoy convencido de que este grupo, en otro contexto, en una gran ciudad, con su trayectoria y su talento hoy sería famoso... una leyenda..." Le creo. Disfrutémoslo. Los Tótem viven ahora y aquí, entre nosotros!!!
Diefed